24 de octubre de 2020

Platicando con mi abuelita

 


 

            Hace poco después de mucho tiempo, tome el teléfono y le llame a mi abuela, debo admitir que escucharla me da mucha melancolía, no puedo verla desde hace varios años por que vive en California y no me he dado el tiempo de renovar mi visa, lo cual me llena de ira y sentimiento a la vez. Y es que mis prioridades no me dejan guardar ese extra para gustos, hoy verla es un privilegio que me cuesta mucho.

            Le llame y contesto al fin, por que también para ella sus prioridades son viajar a visitar a todos sus hijos y cuando le eh llamado ella esta de viaje, esta vez coincidimos, me saludo con mucha emoción, note que su voz había cambiado, se escuchaba diferente y sigue siendo tan alegre como siempre.

            Le conte lo mucho que le extraño y lo bien que me va.. solo lo bueno para no abrumarla aún más. Mi mamá Coco  ( así le hemos dicho siempre porque la palabra abuela nunca le ha gustado, creo porque fue abuela muy joven), siempre ha sido una mujer fuerte, en mi niñez fue como Santa Claus, en cada llegada, venia de California a mi casa y nos llenaba de regalos, fue la primera en emigrar y cada que nos visitaba era mágico, aun puedo recordar el olor de su perfume de cada visita, su sonrisa con sus labios perfectamente pintados.. algo que me ha inspirado a tener los míos siempre decentes, ella siempre ha sido magia. Recuerdo mi primer regalo que me trajo  fue un piano pequeñito que se le daba cuerda y sonaba una música muy bonita. Nos regañaba todo lo que nos regañaba en meses, nos abrazaba pero lo mas importante me daba el ejemplo de ser una guerrera e incansable mujer que luchaba por su familia y por sus sueños, aun puedo cerrar los ojos y olerla cerca de mi cuando me abrazaba. En fin escucharla por teléfono es maravilloso, y en esta ocasión me dio una lección como siempre con pocas palabras.

            Le dije lo mismo de siempre, iré a verte pronto y ella respondió siempre me dices lo mismo.. y no vienes, me quede callada por minutos y pensé: es verdad. Después ella continuo diciéndome:

-Sabes que ningún trabajo es tan importante como tu familia, en el trabajo un día dejas de ser útil y te dan una patada y se acabó, consiguen a alguien más.

             Totalmente cierto, y mi cabeza voló a mi infancia y recordé lo mucho que tengo sin verla y lo mucho que la extraño.

 Sin duda ya talvez no la conozco, sus emociones son otras talvez, sus ideas son otras y sobre todo sus preocupaciones son bien diferentes, lo único que no ha cambiado entre nosotras es el gran amor que le tengo y seguro ella me tiene a mi. Me sigo sintiendo afortunada de tenerla en mi vida, y siempre a sido mi fuente de inspiración, cuando algo va mal pienso: ella pudo yo también.

Sigue siendo hermosa por fuera y por dentro, sus palabras siguen siendo sabias, lo único es que ya no grita tanto como antes, y sus consejos siempre tocan mi alma y me hacen recordar lo mucho que la admiro y le agradezco a Dios tenerle aun, aunque sea a distancia.

Espero algún día llegar a ser como ella, fuerte valiente pero sobre todo sabia. Siempre será mi ejemplo a seguir aunque creo se lo eh dicho pocas veces. Para mi siempre será mi mamá Coco la super poderosa y guerrera que nunca se rinde.




 

 

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